Las comidas más saludables son más sostenibles desde el medio ambiente.

Lo que comemos y cómo producimos los alimentos no solo afecta nuestra salud, sino también al medio ambiente.

Permíteme explicarte más detalladamente:

  • Emisiones de gases de efecto invernadero: Más de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el ser humano están relacionadas con los alimentos. Estas emisiones se generan en diferentes etapas, desde la producción hasta el consumo y la eliminación de alimentos. La intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero se mide en términos de kilogramos de “equivalentes de dióxido de carbono” por cada kilogramo de alimento, gramo de proteína o caloría. Los alimentos de origen animal, especialmente las carnes rojas, los productos lácteos y los crustáceos de piscifactoría, se asocian con las mayores tasas de emisión. Por ejemplo:
  • El metano se produce durante el proceso digestivo del ganado bovino.
  • El óxido nitroso proviene del uso de fertilizantes en la producción de cultivos.
  • El dióxido de carbono se libera por la tala de bosques para expandir terrenos de labranza y otras actividades agrícolas.
  • También hay emisiones relacionadas con la refrigeración, el transporte y la gestión de desechos de alimentos.
  • Impacto climático de los alimentos: La intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero se mide en términos de kilogramos de “equivalentes de dióxido de carbono” por cada kilogramo de alimento, gramo de proteína o caloría. Los alimentos de origen animal, especialmente las carnes rojas, los productos lácteos y los crustáceos de piscifactoría, se asocian con las mayores tasas de emisión debido a:
  • La creación de extensos pastizales para la producción de carne, que a menudo implica la tala de árboles.
  • La emisión de metano por parte del ganado durante la digestión.
  • El uso de fertilizantes y la emisión de óxido nitroso en la agricultura1.
  • Cómo elegir una dieta más sostenible:
  • Reduce la ingesta de carne y derivados cárnicos.
  • Adquiere productos locales siempre que sea posible.
  • Respeta la temporalidad de los alimentos.
  • Prioriza los productos frescos sobre los procesados.
  • Compra solo lo necesario para evitar desperdicios.

En resumen, elegir alimentos más saludables y sostenibles no solo beneficia nuestra salud, sino también al planeta. Al reducir el consumo de alimentos altamente procesados y optar por opciones más sostenibles, contribuimos a la preservación de los recursos naturales y mitigamos el cambio climático. A pesar de lo que tradicionalmente se cree, nuestras decisiones individuales pueden marcar la diferencia en el bienestar del planeta.

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